martes, 20 de marzo de 2007

El escritor

Led Zeppelín sería la opción adecuada para la banda sonora. La imagen sería una calle fría en tonos grises, y brillos sobre el pavimento. La escena; una caminata nocturna alrededor de una ciudad en apariencia dormida. Solo me cruzo con uno que otro drogadicto que me pide dinero con la excusa del hambre y la situación del país.
El acercamiento a una lágrima que se congela en la mitad del camino y yo aun sin darme cuenta que no es tristeza sino melancolía. No puedo decir que extraño algo o alguien, es más como un espasmo en el centro del estómago que me pide a gritos vivir algo para extrañar. Algo más… algo… intenso.

Luego la luna llena, media o creciente, brillante, blanca y conciente de lo que es, y de lo que me produce. Me puedo sentar en medio de la sucia calle, a admirarla, sin miedo y con fe. Me acompaña, que dulce, me hace sonreír.

Escucho aquella frase "Estas en mi mente, todo el tiempo…pero no es suficiente... y mientras el cielo se quiebra, debe haber algo que regrese... en una tormenta eléctrica.".. Otra añoranza proveniente de una canción talentosa, y llena de pulso.

La música sigue presente. Música en un guión. Acerca de mí. Como alguien especial y central. Una historia escrita por alguien que ve mi vida en un papel. No la escribe no se la inventa, no la crea... solo la plasma tal cual es...

Y sabe lo q va a pasar… y me tiene en ascuas y me llena de esperanzas todo el tiempo a través de la maravillosa música que hace sonar mientras cuenta el cuento.

Empieza a amanecer. Un despertar a una realidad aburrida. Demasiados sueños predeterminados por la sociedad, los principios, el camino que me llevó hasta donde estoy. Creo que me sentaré acá; sin miedo, sin penas, sin esperanza de milagros de última hora.

"Stay" El escritor nuevamente me hace sonreír con otra canción. Lo siento en mi oído: "Cierra los ojos, respira con el estómago…lleva tu cabeza hacia atrás, quédate ahí, al compás de un aleteo de ángeles… "

No puedo imaginar, el talentoso escritor, qué puede saber del final de éste cuento de un solo protagonista. Pero sé que es mi historia.
Y me crea sola, esperando que tomen mi mano, y me empujen hacia momentos extremos para luego charlar de trivialidades bajo la luna y añorar alguna vieja película romántica.

Igual sigue escribiendo. Lo conozco y me conoce, y se que a pesar que el crea que no existo, que soy un producto de su mente. Y que en mi realidad él no exista; está presente, lo siento al lado mío.

Y casi lo puedo ver. Fumando un cigarro mientras escucha guitarras acústicas de grupos perdidos, soñando conmigo, tomándome la mano y diciéndome que ahora será otro el que escriba.
Porque ahora la historia finalmente tendrá dos protagonistas, y será la historia de los dos. Y sonreímos los dos al mismo tiempo.

lunes, 19 de marzo de 2007

DeMente


Mis prejuicios y yo sin salir del empaque original y esperando diluyente. Palabras pulsadas que me recuerden una vida sin culpas. Para sonreirle a la noche tranquila, fría, blanca, soñadora y sin prejuicios.